Evita que tú casa de devalué.

Si algún día planea vender su inmueble es importante cuidar ciertas características que podrían devaluar su valor, aunque en pocas ocasiones eso llega a pasar, hay casos especiales en las que suele suceder.

La estructura física de una propiedad suele perder valor con el tiempo, ya que sus materiales se van dañando, el diseño envejece y a imagen cambia, pero lo que hace que crezca el valor, es el terreno en el que esta la propiedad, ya que el terreno es una oferta limitada y no produce más con el tiempo, una vez comprada, la demanda está en constante crecimiento al igual que la población y como el terreno es limitado, su precio aumenta con el tiempo, a menos que ciertos aspectos limiten la demanda para un terreno.

Un aspecto que disminuye la demanda de un terreno, son los vecinos problemáticos, ya que estos conflictos pueden llegar a alcances legales y afecta la reputación de la zona. Al igual que la falta de seguridad en una zona, ya que cuando en una zona se han cometido delitos u homicidios, disminuye considerablemente el valor de una casa, ya que una de las principales características que buscan los compradores es la seguridad que les puede ofrecer cierta zona.

Según especialistas otro factor y de hecho el más usual, es la falta de mantenimiento preventivo, se recomienda que al menos cada dos años se pinte la casa, impermeabilice y se lleve a cabo una revisión de las instalaciones hidráulicas y eléctricas, para poder detectar problemas de humedad.

Las propiedades cercas de zonas de riesgo tales como gasolineras, canales de agua, bares o plantas de gas también suelen devaluarse ya que es muy difícil encontrar a alguien que quiera vivir en esas zonas.

La falta de vías de comunicación también suele ser un factor muy influyente pues la gente al buscar su casa normalmente busca en zonas con fácil acceso a las propiedades, escuelas, plazas, entre otros. Por lo que si la propiedad se encuentra alejada de servicios como transportes públicos también suelen devaluarse.

Una casa vieja puede valer más que una propiedad buena, siempre y cuando se cuiden todas las características anteriores.